Buscador

El Centro Cívico Los Rodeos es un equipamiento municipal, ubicado en el barrio de La Isleta, de uso compartido para diferentes asociaciones y colectivos. Actualmente este espacio municipal no cuenta con mobiliario de oficina: mesas, sillas, armarios para guardar documentación, etc; proponemos que se equipe al Centro Cívico Los Rodeos con mesas de oficina, sillas de oficina y armarios con cerradura parra guardar expedientes. Este equipamiento será de propiedad municipal, ubicado en el centro cívico y de uso para los colectivos que en dicho centro cívico estén instalados.

En la sesión del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria celebrada el 25 de abril de 1931, se aceptó la nominación de 6 calles de La Isleta con los nombres de los 6 obreros asesinados el 15 de noviembre de 1911.

La presenta solicitud consiste en la colocación en cada una de las 6 calles una placa homenaje a estos obreros.

En documento adjunto se informa de los nombres de cada una de las calles y ejemplo de texto para la placa. 

Para más información visitar artículo: http://orgulloisletero.blogspot.com/2013/11/no-olvidamos-el-15-de-noviembre.html

El Confital es un área capitalino continuamente sometido a agresiones que hunden sus raíces en la ignorancia (generalmente institucional) en torno a este espacio con tanta riqueza paleontológica, histórica, biológica y geológica.

En este sentido, la situación de paneles informativos sobre los distintos fósiles paleontológicos, formaciones geológicas, especies vegetales/animales y construcciones históricas (como los nidos de ametralladoras) constituyen un primer paso en pro de la concienciación de la ciudadanía local por un lado, y foránea por otro: ¿conocen los vecinos/as y los/las turistas el importante valor natural e histórico de la tierra que pisan?

Muchos turistas se aventuran en terreno confitalero atraídos por el aspecto virgen que ofrece a un paso de la urbe, pero marchan sin conocer la historia tras lo que han visto (si lo ven, pues dada la ausencia de tales paneles informativos, muchos elementos importantes pasan desapercibidos: los nidos de ametralladora, los fósiles de moluscos, las dunas fosilizadas, bellas estructuras volcánicas.). Asimismo, ¿podemos asegurar que los/las habitantes de este territorio conocen de verdad este espacio? Si así fuera, ¿por qué mucha gente intenta arrancar de su casa los fósiles que hay? ¿Por qué se mancillan los elementos histórico-arqueológicos? ¿Por qué realizan determinadas actividades que ponen en peligro los fósiles geológicos? Se produce, en muchas ocasiones (o así quiero creer), no por actos de mala fe, sino por un desconocimiento real de su valor patrimonial.

Sobre este asunto, el principal problema es que el/la visitante no sabe qué es lo que está viendo (¿sabe que está ante una duna fosilizada,  ante el fósil de un animal que vivió hace millones de años o de una estructura humana de casi un siglo de antigüedad que pretendió defender la isla de posibles invasiones? ¿sabe el papel general de El Confital en los últimos siglos de historia humana? Y un largo etcétera de preguntas.).

En esta línea, propongo la educación como arma ante el desconocimiento y la ignorancia con la intención de salvaguardar y difundir un espacio de orgullo como es El Confital mediante paneles informativos que visibilicen sus elementos patrimoniales.

¿Qué clase de sociedad es aquella que no vela por la conservación y difusión de su pasado y medio ambiente? La solución no solo es más barata de lo que pensamos, sino que los beneficios que nos ofrece serán de valor incalculable.

Propongo invertir en información cívica y ecológica. 

Colocar unos carteles donde se informe a la ciudadanos incívicos de la importancia de la participación de todos.

Además estaría bien informar de manera clara y llamativa, lo que cuesta el mobiliario urbano, lo que cuesta una peonada de trabajadores de limpieza, lo que cuesta el cuidado y el mantenimiento de nuestros parques y jardines,  etc...  

El objetivo es informar e intentar concienciar a los incívicos,  para que no tengan excusas para tirar, romper, vandalizar,; o despreciar nuestros servicios públicos.